REFLEXIÓN MÓDULO
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La figura de un orientador laboral debe de tener una serie de competencias entendidas como un conjunto de conocimientos,
actitudes, valores y habilidades esenciales para desempeñar unas actividades en
un contexto. De este modo, el orientador tendrá que desarrollar una serie de
competencias con la finalidad de identificar, interpretar, argumentar y
resolver problemas.
Entre otras, se pueden señalar las siguientes
competencias:
Comunicativa, empática, comunicación escrita,
para la dinamización de grupos, empática con el grupo, de afrontamiento,
de planificación y organización, de análisis y síntesis, para el trabajo
en equipo, personales (autoconfianza, amabilidad, empatía, sensibilidad social,
asertividad, autocontrol, fiabilidad, paciencia, responsabilidad, proactividad,
positivismo, , adaptabilidad, flexibilidad o cooperación.).
Por lo que se refiere al coaching, se
podría decir que es un asesoramiento que pretende establecer y aclarar metas,
desarrollar competencias profesionales y personales, y dominar bloqueos
emocionales. Podría entenderse como una conversación que involucra a dos personas.
Así, se señalan tres componentes en el
proceso: el coach o persona que ayuda a otra en su crecimiento, el coachee o persona
que recibe la ayuda y el coaching o proceso de ayuda que implica a las dos
figuras.
Es una función de vital
importancia para el orientador desarrollar unas competencias lingüísticas y comunicativas dentro
de este contexto.
La comunicación es la forma de
interacción entre dos o más personas, por medio de la palabra escrita o
hablada, gestos o expresiones emocionales. De esta manera, tenemos como
resultado el intercambio de significados que llevan a la comprensión o a un
acuerdo. La comunicación es la herramienta fundamental que tiene el orientador
dentro del proceso orientativo. Y uno de los principios básicos es el de
escuchar, función esencial en la relación humana. Por lo tanto, una escucha
activa facilita la correcta interpretación del mensaje emitido.
Otro aspecto importante es el de las competencias
sociales, donde se incluirían las competencias necesarias para interactuar. Podrían
señalarse la comunicación, el trabajo en equipo, le negociación o la resolución
de conflictos.
La Web 2.0 ha provocado
cambios en las relaciones personales y profesionales de ahí que sea fundamental
integrar las herramientas 2.0 en el trabajo diario y poner los canales social
media a disposición de los usuarios. El entorno es cada vez más competitivo,
las redes sociales y la web 2.0 son el marco perfecto en la búsqueda de empleo,
en el posicionamiento y en el desarrollo de una red de contactos. Está claro
que el orientador no puede permanecer ajeno a estas nuevas metodologías de
trabajo, de nuevas herramientas y ha de utilizarlos, sobre todo, para
ampliar las posibilidades y perspectivas.
En la actualidad, en torno al 10% de los
curriculum incluye enlaces a las redes sociales. Cuanto más precisa sea la
información, más sencillo será que los responsables de RRHH puedan conocer las
aptitudes, habilidades, experiencia, etc.
Es necesario profundizar en las redes sociales
y hacer de los instrumentos 2.0 una herramienta necesaria para llevar a cabo
actuaciones en este campo. El que se cuente con una estrategia on line, una
metodología adecuadas favorecerá la mejora de la empleabilidad.
Finalmente, conviene insistir en que en la
sociedad actual del conocimiento hay un nuevo enfoque competencial, la competencia
digital. La herramienta de esta competencia es el uso de las Tecnologías
de la Información (TIC). Para
una correcta adecuación entre tanto cambio producido, es imprescindible diseñar
una estrategia en busca de información que se ajuste a cada necesidad. Para
ello, conviene emplear las herramientas apropiadas para construir esa
estrategia, fortalecer nuestro PLE (entorno personal de aprendizaje) y tratar
de comprender la importancia que puede llegar a tener el PLN (red personal de
aprendizaje).
Como conclusión, convendría subrayar la
importancia de las TIC en este proceso. Es necesario perder el miedo y trabajar
con ellas, aprovechar sus ventajas, de manera que se utilicen de manera natural
como un instrumento más.
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